Leo actualmente un libro del gran C.G. Jung, (El secreto de la flor de oro).
A ratos me da la impresión que mi cabeza va a estallar, la tarea no es fácil, más aún cuando no tengo estudios previos de psicología, leo solo desde la más absoluta y total ignorancia, sin embargo van quedando frases que ni por sueltas, dejan de tener un gran peso.
Comparto aquí una de ellas:
…”Para el hombre cristiano una instrucción, de no dejarse cegar por la ilusión de un Dios personal”
Nota: rescato de aquí la tupes con la que pretendemos quienes nos llamamos cristianos, en suponer un Dios a nuestra medida y a nuestro antojo, acomodarlo a nuestra conciencia y que se adapte a ella, cual si los dioses fuésemos nosotros…… mal pronóstico tiene una relación así, donde se tiene fe cuando flaqueamos, cuando nos tambaleamos y cuando caemos, pero somos autosuficientes, indisciplinados y gobernadores de nuestro propio destino cuando las cosas van bien.
Recuerda Dios es, antes, ahora y siempre, “Dios no es a mi medida personal”