Overblog
Seguir este blog Administration + Create my blog
8 octubre 2013 2 08 /10 /octubre /2013 22:40

...Qué distinta experiencia se tiene cuando se mira al suelo o a las estrellas. Todos necesitamos encontrar referencias que para nosotros tengan verdadero sentido y que nos llenen de ilusión en nuestro día a día.
Donde no hay dirección hay deriva, y de la deriva sólo pueden surgir la frustración y la pérdida de oportunidades. Todos sabemos que, «para el marino que no sabe adónde va, ningún viento es favorable». Cuando sólo nos enfocamos en lo negativo, vamos a la deriva y a merced de «vientos» nada propicios. Por eso, damos un primer paso cuando nos des-hacemos de esa carga que limita nuestra modalidad. En esta línea me gustaría proponer algo:
Se acabó el echar la culpa a las circunstancias externas, porque para lo único que sirve es para llenarnos de ira y de resentimiento. Hay que enfocarse no sólo en lo que hay, sino, y sobre todo, en lo que todos juntos podemos hacer con lo que hay. No podemos seguir levantándonos sin ganas, como simples zombis que no viven, sino que sólo sobreviven. Si no recibimos el nuevo día con entusiasmo, estamos
perdiendo la ocasión de experimentar una vida mucho más plena y de inspirar a otros con nuestro ejemplo.
Tengo un buen amigo que colabora en una obra social en una isla que pertenece a Mozambique. Mi amigo estaba impresionado con dos cosas. La primera era el número de personas que enfermaban y morían por la malaria y por el sida. La segunda, el nivel de alegría que transmitían los habitantes de ese lugar tan pobre. En una ocasión, mi amigo le preguntó a uno de aquellos mozambiqueños:
—Dime, ¿cómo es posible que se os vea tan alegres cuando estáis sometidos a tantas calamidades?
La respuesta de aquel hombre fue contundente y sin duda da que pensar.
—Porque para nosotros, Juanjo, cada día que nos despertamos es porque seguimos vivos y eso para nosotros es una celebración.
Sería de verdaderos ignorantes no reconocer que la vida nos impone duras pruebas y que parece como si a veces quisiera que aprendiéramos complicadas lecciones. Sin em-embargo, todos nosotros, sin excepción alguna, podemos entrenarnos para aumentar y mejorar nuestra fortaleza mental y emocional. Este es un entrenamiento imprescindible para desplegar lo mejor que hay dentro de nosotros, sobre todo en momentos de incertidumbre y cambio, en los que muchas veces nos sentimos acosados e inquietos. Es un entrenamiento que nos va a permitir conectar con nuestra esencia más profunda, que es de donde puede emanar esa fortaleza mental y emocional tan necesaria cuando estamos sumergidos en la confusión y el desconcierto.
Nosotros tal vez no podamos muchas veces cambiar lo que nos pasa, pero lo que sí podemos hacer es cambiar la manera en la que nos relacionamos con eso que nos pasa. En esto podría radicar la clave para tener una experiencia radicalmente diferente frente a lo que nos está ocurriendo en cada momento. Ahora bien, tenemos que ser muy honestos con nosotros mismos, ya que quien quiera ser señor de sus propios estados de ánimo ha de estar dispuesto a entrenarse continuamente. No olvidemos que el precio de la libertad es la eterna vigilancia.
Todo entrenamiento, sea en fortaleza fisica, mental o emocional, para que sea efectivo, no puede hacerse con desgana, como si fuera una obligación, porque entonces se abandonará ante la primera dificultad que tenga cierta envergadura. (Del libro "Ahora Yo" - Mario Alonso Puig)

Compartir este post
Repost0
17 mayo 2012 4 17 /05 /mayo /2012 20:54

Era un hombre querido por todos.

Vivía en un pueblo en el interior de la India, había enviudado y tenía un hijo. Poseía un caballo, y un día, al despertarse por la mañana y acudir al establo para dar de comer al animal, comprobó que se había escapado. La noticia corrió por el pueblo y vinieron a verlo los vecinos para decirle:

  --¡Qué mala suerte has tenido!

Para un caballo que poseías y se ha marchado.

  --Sí, sí, así es; se ha marchado -dijo el hombre.

  Transcurrieron unos días, y una soleada mañana, cuando el hombre salía de su casa, se encontró con que en la puerta no sólo estaba su caballo, sino que había traído otro con él. Vinieron a verlo los vecinos y le dijeron:

  --¡Qué buena suerte la tuya! No sólo has recuperado tu caballo, sino que ahora tienes dos.

  --Sí, sí, así es -dijo el hombre.

  Al disponer de dos caballos, ahora podía salir a montar con su hijo. A menudo padre e hijo galopaban uno junto al otro. Pero he aquí que un día el hijo se cayó del caballo y se fracturó una pierna. Cuando los vecinos vinieron a ver al hombre, comentaron:

  --¡Qué mala suerte, verdadera mala suerte! Si no hubiera venido ese segundo caballo, tu hijo estaría bien.

  --Sí, sí, así es -dijo el hombre tranquilamente.

  Pasaron un par de semanas. Estalló la guerra. Todos los jóvenes del pueblo fueron movilizados, menos el muchacho que tenía la pierna fracturada. Los vecinos vinieron a visitar al hombre, y exclamaron:

  --¡Qué buena suerte la tuya! Tu hijo se ha librado de la guerra.

  --Sí, sí, así es -repuso serenamente el hombre ecuánime.

 

  *El Maestro dice: Para el que sabe ver el curso de la existencia fenoménica, no hay mayor bien que la firmeza de la mente y de ánimo.

Compartir este post
Repost0
26 abril 2012 4 26 /04 /abril /2012 00:08

En su adolescencia, una mujer había estado enfrascada en una larga y amarga lucha con un padre duro y negativo.

Deseando alguna forma de reconciliación, esperaba con ansia el momento en que su padre la llevara en coche hasta el colegio, momento en que estarían a solas durante horas y poder, así, dar un nuevo comienzo a su relación.

Pero el viaje tan esperado resultaba un desastre: su padre se comportaba fiel a su modo de ser y se pasaba todo el tiempo refunfuñando sobre el arroyo feo y lleno de basura que había al costado del camino.

A su vez, ella no veía basura alguna en el hermoso arroyo rústico y virgen. Y, como no encontraba modo de responderle, al final terminaba por callar y pasaron el resto del viaja sin mirarse, cada uno con los ojos vueltos para su lado.

Más adelante ella hizo ese viaje sola y se sorprendió al notar que había dos arroyos, uno a cada lado del camino. “Esta vez yo conducía -dijo con tristeza- y el arroyo que veía por mi ventana del lado del conductor era tan feo y estaba tan contaminado como lo había descrito mi padre “.

Pero para cuando aprendió a mirar por la ventana de su padre ya era demasiado tarde: su padre estaba muerto.

Compartir este post
Repost0
26 abril 2012 4 26 /04 /abril /2012 00:03

Yo voy a mostraros un camino mucho mejor.

Si hablo las lenguas de los hombres, y aun las de los ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que retiñe. Y si tengo el don de profecía, y entiendo los designios secretos de Dios, y sé todas las cosas; y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada.  Y si reparto entre los pobres cuanto poseo, y aun si entrego mi cuerpo para tener de qué enorgullecerme, pero no tengo amor, de nada me sirve.

Tener amor es saber soportar, ser bondadoso; es no tener envidia, no ser presumido, orgulloso,  grosero o egoísta; es no enojarse ni guardar rencor;  es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, soportarlo todo.

El amor nunca dejará de ser. Un día cesarán las profecías, y no se hablará más en lenguas ni será necesaria la ciencia. Porque la ciencia y la profecía son imperfectas  y tocarán a su fin cuando venga lo que es perfecto.

Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre dejé atrás lo que era propio de un niño. Ahora vemos de manera borrosa, como en un espejo; pero un día lo veremos todo como es en realidad. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día lo conoceré todo del mismo modo que Dios me conoce a mí. Hay tres cosas que permanecen: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante es el amor. (Carta de San Pablo a los corintios 13, 1-13)

Compartir este post
Repost0